A principios de esta semana Meta anunciaba que hoy miércoles despediría parte de su fuerza laboral formada por una total de 87000 trabajadores. Y es que el mes de octubre para Meta (antigua Facebook) acabó con ciertos toques de drama shakesperiano. Su valoración bursátil se redujo en 650000$ millones de dólares, reportando unas pérdidas de ingresos del 4% en comparación al año anterior. Esto se produjo especialmente por los malos resultados reportados de su división encargada de la creación y desarrollo de un nuevo mundo virtual (Reality Labs) que confirmó pérdidas por valor de 3.672 millones de dólares el último trimestre (2022, Q3)
Se ha cuestionado el giro dado por la antigua Facebook hacia la realidad virtual y si Zuckerberg será capaz de hacer Meta rentable. Sin embargo, la situación actual de la compañía no parece indicar que marche por el buen camino. Además, después de la pandemia buena parte de las tecnológicas han sufrido cierta desaceleración o una directa caída de su capitalización bursátil. Está por ver si esto se debe a algo sistémico o se aprecia cierta vuelta a la normalidad pre-pandemia.
En cualquier caso, la realidad virtual ha llegado para quedarse. Y aunque todavía no está claro el publico al que se dirigirá es bastante probable esperar un rápido desarrollo en sectores como la educación, los negocios e incluso la medicina. Su implantación como modelo de negocio para actividades de tiempo libre y ocio parece que tendrá que esperar un poco. Aún con este mal comienzo, conviene recordar que Facebook surgió como una página web para valorar a tus compañeros de clase en la universidad y se acabaría convirtiendo en la red social más importante. Tampoco se debería olvidar las dudas que presentaba allá por 2012 la compra de Instagram por Facebook por algo más de 1000 millones dólares y la capacidad de Zuckerberg para hacer funcionar la compra y aumentar la rentabilidad.
Es cierto también que en esta carrera por la realidad virtual (Google ya ha anunciado la creación de sus propias gafas de realidad virtual) la mejora de la tecnología y su accesibilidad serán clave en el potencial desarrollo de los servicios que Meta pueda ofrecer a lo largo de la década. Siendo técnicamente posible (recuérdese lo que sucedía con las videollamadas, disponibles al público desde 2005 pero sin mercado efectico hasta la expansión del uso de los smartphones) queda por ver que rápido se podrán encajar todas las piezas para hacer atractivo a cierto corto plazo lo que a todas luces promete ser un nuevo y enorme mercado por explotar.
La pregunta para plantearse, por tanto, no es cuánta gente está decepcionada con el actual servicio o cuantas personas no están interesadas en utilizar la realidad virtual. La cuestión es saber cuál es el número de personas que estarían dispuestas a acceder a la realidad virtual vía Meta, o cualquier otro tipo de proveedor de accesos, en los próximos años y cuáles son los servicios a los que se podrían acceder.
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